La saga de Sano Ichiro no para de crecer en calidad en cada entrega. Con cada libro se enriquece culturalmente, se abre el abanico de personajes y nunca decae el buen ritmo del que comenzó haciendo gala. Nunca pensé que el periodo Edo diera tanto de sí.
La aparición del sucesor del sogún muerto en una casa de citas desata una investigación frenética y contra reloj para descubrir quién es el asesino. Como siempre, el mejor detective de todo Edo, Sano Ichiro, deberá estirar del ovillo con sumo cuidado para evitar todas las connotaciones políticas asociadas al homicidio. Moverse entre espías, chivatos, cortesanas, políticos y malhechores, llevarán a Sano y a su familia a situaciones límite con posibilidad de ejecución. No sólo deberá luchar contra sus enemigos sino también contra el sistema jurídico envenenado del país, que incluso será capaz de acusarle del asesinato.